Mi madre es una leona que ruge en la noche.
Fue niña hija y asistente de una madre inválida que lavó sus pisos a ras del suelo, como lombriz, aireando la tierra fértil de la vida de mi madre-niña, cachorro crecido que levanta baldes liberándola de su reptar a los once años. Volvió la vieja leona a su silla, a descansar de arrastrar sus piernas inútiles.
Mi madre ruge en la noche.
Fue niña-mujer mi madre y cumplió con la suya hasta que murió la inválida que sostuvo a toda la familia, y entonces fue mujer-esposa mi madre que me parió.
Mi madre ruge en la noche.
No sé si hay un dios o un destino o es apenas una mierda el cuerpo que nos tiene. Ruge en la noche por un dolor que es más que la carne adolorida. ¿Acaso le duelen las piernas inútiles de la vieja leona a la pierna de mi madre?
Mi madre ruge al ras de la noche su dolor y no tengo consuelo para darle.
Mi madre ruge al ras de la noche su dolor y no tengo consuelo para darle.
1 comentarios:
Ay, Silvia! Qué decir...un abrazote!
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