Cada ladrillo en su lugar
tu cara se mantiene tiesa
sobre la doble faz del aterciopelado suelo
llueve lento un manto de hojas negras
vueltas tornasol por el único rayo de luz que las toca.
Cada lugar es un ladrillo
que cayó justo a tiempo como aquella vaca
mirando el cielo
Dormir es fácil cuando todo te da la espalda
Dormir es fácil
dormir
Do mi sol
desafina tu rugido tu clamor tu queja
revienta el cielo nadir por lejos tu abismo
Dormir es fácil si nada te raja la garganta
Levar el ancla del horror el grito en tu oído
Dormir es fácil
la manta se trepa por la espalda no hay frescor
bajo el cuerpo adolorido de conciencia
cada costilla empecinada en destacar
y la puteada a punto de salírsete
casi al vómito la puteada
envuelta en sonrisa de síes nunca noes
envuelta la puteada en un oscuro manto desdentado
Ni morder puede tu boca traicionada.
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