Se escondieron en la boca cerrada.
Húmedas y apretadas
contra el paladar, ariscas, torturan
las mejillas desde adentro.
Provocan el maridaje sangriento entre dientes y lengua
para no dejarse escapar, desnudas.
Se escondieron en los oídos sordos, en las manos quietas.
No volvieron a nacer desde los ojos
las palabras.
Húmedas y apretadas
contra el paladar, ariscas, torturan
las mejillas desde adentro.
Provocan el maridaje sangriento entre dientes y lengua
para no dejarse escapar, desnudas.
Se escondieron en los oídos sordos, en las manos quietas.
No volvieron a nacer desde los ojos
las palabras.
1 comentarios:
Bueno, eh, me gustó!
Ya sabía que eran las palabras! xD
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