El horror,
pájaro muerto en la tormenta
tras un redoble oscuro y arrítmico
tirita en el techo de lata.
Agazapado
tras madreselvas podridas,
el basural.
El cartón
huele a encierro y es
para siempre.
Se oye en todo el cante
una música villera.
Bajo la lluvia, desafina
una marcha fúnebre
al camposanto del pensamiento.
De lejos duele
–d e l e j o s–
y pregunta el ciego audaz
por qué fueron a buscar la vida
donde se respira denso
el aire muerto
y en casa
el “poeta popular”
mirando cielos rasos
en su caja de cartón
ellos –para siempre–
viendo el infierno.
Todos dormimos esta noche
sin aprender nada.
La foto me la prestó A. Capelán
1 comentarios:
Desde atrás de la ventana
nos duele
como duele el miembro amputado
y se pregunta el ciego audaz
por qué fueron a buscar la vida
donde se respira denso
el aire de muerte
y en casa
el “poeta popular”
(killing me softly)
mirando cielos
rasos
y en su caja de cartón
–para siempre–
ellos
viendo el infierno
Todos dormimos esta noche
Impresionante el poder de las palabras para llevarnos a los cielos rasos y al infierno; impresionante de verdad
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